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El principio de demarcacion del empirismo o positivismo logico

Tanto Karl Popper como los empiristas lógicos -o positivistas lógicos, que no es lo mismo pero en este contexto no es necesario diferenciar ambos conceptos- han propuesto un criterio de demarcación, mas ambos criterios presentan más diferencias que similitudes.
En este post nos referiremos fundamentalmente al primer criterio.
Tanto el criterio de demarcación de los miembros del Círculo de Viena como el del filósofo racionalista crítico pueden entenderse en principio como criterios de cientificidad, en el sentido de ser requisitos destinados a diferenciar entre algo que pertenece a la auténtica ciencia y algo que no pertenece a ella.
Un propósito parcialmente compartido, un poco olvidado en la actualidad -lamentablemente-, para la propuesta de sendos criterios de demarcación era poder separar las aguas respecto de ciertas teorías que se presentaban como científicas cuando en realidad no lo eran. Dicho sea de paso, el sociólogo Max Weber, sin proponer un criterio como tal, tenía la misma preocupación respecto de la sociología y las ciencias sociales.
Sin embargo, el rechazo de la pseudociencia y la "fraseología grandilocuente" "vacía", que se presentaba como conocimiento pero no lo era, era para los empiristas lógicos una cuestión programática, un objetivo de base ineliminable: para ellos el rechazo incluía la metafísica, filosofía especulativa que aludía a entidades como "el alma" o "la nada" que no se sabía qué cosa eran y, fundamentalmente, no había manera de poder tener una experiencia de ellas.
Para Carnap y los miembros del Círculo la filosofía especulativa, en el mejor de los casos, sólo podía tener valor poético. Dicho sea de paso, algo similar (en el sentido de valor literario) se ha dicho de los escritos de Freud, cuya teoría psicoanalítica era para Popper un conspicuo ejemplo de pseudociencia.
Pero el criterio de demarcación de Popper no se hacía eco de las tesis de los empiristas vieneses; para él, el la filosofía representaba un tipo de conocimiento -diferente del científico, por supuesto-, y poseía un valor incluso para la ciencia misma: para el autor de La lógica de la investigación científica los problemas filosóficos y metafísicos muchas veces sirven como inspiradores o puntos de partida para la formulación de hipótesis, que finalmente han de conducir al descubrimiento y al conocimiento científico.
Yendo ahora al tema específico, destacando estas diferencias entre ambos criterios, diremos lo siguiente.
El criterio de demarcación del empirismo lógico, conocido como "Criterio verificacionista del significado" o "Criterio de significación cognoscitiva" procuraba distinguir entre enunciados científicos y enunciado no científicos, o pseudocientíficos.
Para los positivistas lógicos, un enunciado era realmente científico si proporcionaba conocimiento, si describía algo realmente existente y no algo ideado por imaginativos filósofos con pretensiones de perspicacia respecto del mundo.
¿Cómo podía saberse si un enunciado realmente proporcionaba conocimiento acerca de alguna cuestión?
Un enunciado porporciona conocimiento -en la visión del Círculo de Viena y sus seguidores continentales- si posee significado. Aquí puede apreciarse la influencia del primer Wittgenstein, el del Tractatus Logico-Philosophicus en la propuesta del empirismo del siglo XX.
Los enunciados no significativos, simplemente no hablan de nada, son palabras sin contenido.
Los enunciados con significado son los de las ciencias formales, como la matemática, que poseen -según muchos sostienen- carácter analítico, y aquellos de las ciencias empíricas o fácticas que son verificables o refutables, directa o indirectamente, mediante la observación.
O sea, para el empirismo lógico un enunciado sobre el mundo, perteneciente a las ciencias naturales o sociales, representa conocimiento de la realidad y tiene significado si es posible establecer su verdad o falsedad a través de la experiencia.
Recordemos que los pensadores del Círculo de Viena adscriben al empirismo que es la doctrina gnoseológica (perteneciente a la teoría del conocimiento en general, no específicamente del conocimiento científico) según la cual la fuente y el criterio último para conocer es la observación.
De manera que un enunciado como "esta mesa es dura" es significativo porque su carácter de verdadero o de falso puede establecerse mediante la observación directa (en el sentido del empleo directo de las capacidades sensoriales), en tanto que un enunciado como "la nada nadea" y similares no es significativo, no tiene significado porque no brinda conocimiento debido a que no es posible observar la nada ni ninguna de sus presuntas actividades como "nadear".
También, un enunciado como "al aumentar la presión sobre un gas a volumen constante las partículas de ese gas chocarán con mayor frecuencia entre sí", también es significativo, porque si bien no se pueden observar directamente las partículas del gas, el enunciado tiene consecuencias observacionales (enunciados que se deducen de él que describen un evento directamente observable) que sí pueden verificarse o refutarse mediante observación: "subirá la temperatura del gas", por ejemplo, ya que el concepto de observación directa incluye el uso de instrumentos sencillos de empleo habitual.
Nótese que el criterio empirista lógico de significado es en realidad "observacionista" y no "verificacionista", pues la verificación es sólo uno de los resultados posibles (el otro es la refutación o falsación), de manera que un enunciado como "mañana lloverá aquí" es significativo según el empirismo lógico (describe un hecho observable), pero si mañana no llueve se probará que es falso, por lo que sí representa conocimiento: el conocimiento de como el mundo no es, diríamos en una especie de guiño popperiano.
Aunque lo importante, en esta visión, es que "la nada" no son más que unas palabras. El criterio de demarcación del empirismo lógico sufrió muchos cambios, en parte debido a sus propias limitaciones. En su versión inicial establecía que un enunciado de las ciencias empíricas tenía sentido o significado (aquí no es necesario diferenciar estos términos) si podía verificarse o refutarse directamente, pero ante el problema de qué ocurría con los enunciados teóricos (aquellos que contienen términos que se refieren a cosas que existen pero no son directamente observables, como "moléculas" en nuestro ejemplo), autores como Carnap y Hempel, entre otros, buscaron diferentes alternativas a lo largo de varios años para demarcar el ámbito de los enunciados científicos de los metafísicos.

El criterio de verosimilitud de Karl Popper

Karl Popper adscribió a la postura que se denomina realismo científico, según la cual las teorías científicas son auténticas descripciones -si bien nunca perfectas o completas- de la realidad.
Pero el realismo popperiano asumía también una de las variantes de la tesis de la verosimilitud o verosimilitud relativa (truthlikeness, verosimilitude).
El creador de la noción de corroboración científica mantuvo siempre un criterio según el cual una teoría empírica (perteneciente a las ciencias naturales o a las ciencias sociales) que sucede a otra en una cierta especialidad o disciplina es una mejor descripción de su objeto de estudio, de la fracción de la realidad de que se ocupa.
En este sentido, el criterio de verosimilitud relativa de Popper es complementado con su idea de que la ciencia tiende, se acerca a lo largo del tiempo a la verdad como un "ideal regulador" o meta de la ciencia.
Vale decir, que según esta idea las teorías sucesoras están más cerca de la teoría verdadera (la que describe completamente su objeto de estudio y tiene todas sus -infinitas- afirmaciones verdaderas) que las precedentes.
Pero además, Popper pretendió brindar un critero de verosimilitud relativa que pudiese servir para comparar teorías a partir de su contenido de verdad y su contenido de falsedad.
Pero falló, a poco de publicado, y simultáneamente, Pavel Tichy y David Miller (discípulo de Popper, actualmente trabajando en Chile) brindaron en 1974 una demostración lógica de que el criterio de verosimilitud, similitud con la verdad o cercanía a la verdad ofrecido por el filósofo vienés fallaba.
Este criterio está pensado para comparar teorías pasadas, que ya se ha probado que son falsas (aunque se espera también que las actuales lo son), por lo que ambas tendrán ciertos enunciados, teóricos u observacionales, que son verdaderos (contenido de verdad de la teoría) y ciertos otros enunciados que son falsos (contenido de falsedad de la teoría).
Sucintamente, Popper proponía que dada la teoría A y su sucesora B, B es más verosímil que A si:
a) su contenido de verdad es mayor que el de A, en tanto que su contenido de falsedad es menor o igual que el de A, o bien
b) su contenido de falsedad es menor que el de A, en tanto que su contenido de verdad es mayor o igual.
La demostración de Miller y Tichy de que el criterio de verosimilitud de Popper falla se basa en el hecho de que al aumentar el contenido de verdad también aumenta el contenido de falsedad de la teoría.
Muy informal y brevemente dicho, si tenemos los enunciados falsos A, B y C, y se agrega el verdadero D, también serán falsos por conjunción lógica (la conjunción, para ser verdadera, requiere que cada una de las cosas que están en conjunción sea verdadera) A y D; B y D; C y D; A y B y D, etcétera.
Al mismo tiempo, David Miller y Pavel Tichy demostraron que si se supone que el contenido de enunciados falsos de B es menor que el de A, o sea que hay un enunciado X que es falso y pertenece a A pero no pertenece a la teoría científica B, hay también muchos verdaderos que pertenecen a la teoría A pero no pertenece a la teoría B, por lo que es falso que el contenido de verdad de B sea mayor o igual que el de A en este caso.
Si X es falso y pertenece a A, pero no pertenece a B, por la regla deductiva lógica de disyunción, que establece que dadas dos afimaciones aseveradas en disyunción ("esto o aquello", "vamos al teatro o al cine") basta con que una de ellas sea verdadera para que el enunciado compuesto lo sea, por lo que de una oración verdadera siempre se puede deducir su disyunción inclusiva con cualquier otra, se sigue que la disyunción de X con la verdad V1 será otra verdad que no puede existir en la teoría B, lo mismo para "X o V2", "X o V3", etcétera.
Popper admitió imnediatamente su error y desde entonces varios filósofos de la ciencia encolumnados en la vertiente del realismo científico han seguido cavilando sobre el tema de la verosimilitud, proponiendo algunos de ellos otros criterios, ya no basados en el contenido de verdad y de falsedad de las teorías, como es el caso de William Newton-Smith o Ilkka Niiniluoto, aunque ninguno de estos criterios para comparar la verosimilitud de las teorías empíricas ha prosperado de manera consensuada en la filosofía científica actual.

La diferencia entre confirmacion y corroboracion

Como toda disciplina, la filosofía de la ciencia cuenta con ciertos términos técnicos cuyo significado preciso es útil establecer para evitar confusiones y para procurar comprender lo mejor que se pueda las teorías de los diferentes filósofos de la ciencia.
Dos de de estos términos, que pueden confundirse, son las nociones de corroboración y confirmación.
Lo primero que hay que decir sobre estas dos palabras es que la idea de corroboración corresponde a la teoría filosófica de la ciencia de Karl Popper (si bien, por ejemplo, Lakatos también la usa pero con un significado diferente), en tanto que la de confirmación es una noción especialmente sustentada y estudiada por los inductivistas de la corriente denominada "empirismo lógico".
Ambas nociones son evaluaciones cognitivas acerca de hipótesis de las ciencias empíricas y puede pensarse en que son calificaciones que los científicos realizan sobre las hipótesis luego de que han sido contrastadas, aunque no necesariamente es así.
Según Karl Popper, la contrastación de una hipótesis universal no consiste en deducir consecuencias observacionales de la misma, sino en intentar demostrar su falsedad, que está equivocada, esto es, en intentar establecer un enunciado de observación ("enunciado básico", en la terminología popperiana) incompatible con ella.
Para Popper, la situación de contrastación crucial es la que mejor se ajusta a su propuesta de contrastación de hipótesis fácticas, porque siempre consiste en un intento de refutación.
Sólo si se ha intentado refutar la hipótesis, y se ha fracasado, ésta queda -dice Popper- corroborada, lo cual significa que se la acepta como conocimiento empírico pero de manera provisoria.
Añade el filósofo vienés que los científicos deben comprometerse a realizar pruebas más rigurosas para intentar refutar la teoría corroborada, por ejemplo, empleando instrumentos más precisos o ideando situaciones de contrastación más severas.
La noción de corroboración en la propuesta epistemológica para las ciencias naturales de Popper, si bien admite grados, no significa de ninguna manera que los enunciados básicos apoyen o hagan probable o den "buenas razones" en favor de las hipótesis universales.
Si ese fuera el caso, el autor de "La lógica de la investigación científica" estaría aceptando una noción epistemológica que supone una relación lógica inductiva entre los diferentes enunciados.
En cambio, para alguien que acepte la lógica inductiva, la confirmación es un apoyo (también variable y siempre parcial) que ciertos enunciados de observación aceptados le prestan a una hipótesis.
Rudolf Carnap ha intentado proporcionar un criterio para medir, en diferentes situaciones, el grado de confirmación a partir del apoyo que enunciados de observación singulares aceptados tomados como premisas en un razonamiento inductivo le prestarían a la conclusión (una ley por ejemplo), o sea a partir de lo que ha denominado "probabilidad lógica" (diferente de la probabilidad estadística).

Popper, Kuhn y la carga teórica de la observación


Karl Popper

Thomas Kuhn.

Para el filósofo de la ciencia Karl Popper el problema de la justificación de nuestro conocimiento del mundo -de las teorías empíricas- se convierte en el de la justificación de los enunciados básicos.

Ello responde a que una teoría empírica, en la medida que contiene afirmaciones con forma lógica universal, no se puede verificar, y como el filósofo vienés no hallaba justificada tampoco la inducción, rechazaba cualquier criterio de confirmación.

Por esto, el centro de la atención epistemológica reside en los enunciados básicos que pueden refutar por modus tollens una teoría o un complejo y vasto sistema teórico.

Presentada como "solución al problema de la base empírica" la respuesta que ofrece Popper es que un enunciado básico debe aceptarse por convención, que es una decisión racional de científicos con capacidad de evaluar críticamente argumentos y pruebas.

En esto se ve el racionalismo de Popper pero ¿por qué la observación no es suficiente para justificar un enunciado, precisamente, observacional?

Cabe aclarar que los enunciados que Popper denomina "básicos" no son cualquier enunciado de observación, pues excluye enunciados condicionales tales como "si hay un cuervo en el zoológico de Nueva York, entonces hay un cuervo negro en tal zoológico" en beneficio de aquellos cuya forma lógica es existencial singular; enunciados de "hay esto o aquello en tal o cual lugar", según las propias palabras del filósofo.

Pero para el filósofo falsacionista nunca la observación de una pared blanca es suficiente para establecer la verdad del enunciado "esa pared es blanca". Para afirmar esto Popper establece dos vías argumentativas: la denominada tesis de la diferencia categorial entre enuciado y observación y la tesis de la carga teórica de la observación que, si bien relacionadas, son en realidad diferentes.

La tesis de la diferencia de categoría consiste en llamar la atención sobre el hecho de que un enunciado científico es una expresión linguísitica, una oración descriptiva, en tanto que la observación es una vivencia, un contenido o estado mental de una mente individual, algo de naturaleza diferente.

La observación es incontrastable y única, no puede exteriorizarse de una mente, no puede ser juzgada objetivamente, en tanto que el lenguaje es público y objetivo, en el sentido de que es contrastable intersubjetivamente. El proferente o quien escribe el enunciado puede morir y allí quedará la oración para que las demás personas puedan discutir racionalmente sobre ella.

En consecuencia, la diferente categoría de contenidos mentales y oraciones expresadas en el lenguaje natural impide que unos justifiquen otras, en la visión popperiana.

Pero hay otro argumento tanto o más importante desde el punto de vista epistemológico, que es la denominada tesis de la carga teórica de la observación, que establece que toda observación es teórica.

No sostiene Popper que la observación sea "subjetiva" en el sentido de que pudiera existir un relativismo que impidiese conocer objetivamente. Afirma otra cosa: toda observación se realiza a partir del conocimiento teórico previo del observador, de un conjunto de teorías aceptadas que determinan que el acto de observar sea necesariamente una intepretación de cierta parte de la realidad realizada a partir de ese marco teórico.

El observador no es un papel en blanco en el que se refleje de una vez toda la realidad tal como es, con sus características observables, sus conceptos y sus singificados, no es un espejo, sino que cuando, por ejemplo, observamos un auto con personas abordo, necesariamente tenemos que poseer previamente el concepto de auto y el significado del mismo y toda una teoría acerca de qué es cómo funciona, de modo que entendamos, al verlo, que es un coche que se aleja y no otra cosa.

Además, poseemos conocimiento teórico que privilegiamos y contradice lo que podríamos concluir basándonos solamente en lo observado: sabemos que el auto que percibimos a lo lejos de cierto tamaño es en realidad más grande, sabemos que esa pequeña cabeza corresponde a una persona que lo conduce: en fin, mucha teoría previa.

Podría pensarse con algunas reservas que, en cierto sentido, Thomas Kuhn extiende o generaliza esta noción de la carga teórica de la observación pero hacia un tesis semática presente en su idea de inconmensurabilidad entre paradigmas.

Kuhn mantiene algo que se ha denominado tesis de la variación radical del significado. Nótese que es una tesis semántica de la que se sacan conclusiones antagónicas a las de Popper respecto de la posibilidad de conocimiento objetivo, al enmarcarse en teorías filosóficas sobre la ciencia muy diferentes.

Afirma Kuhn que el cambio de paradigma en una ciencia madura conlleva un cambio radical del singificado tanto de términos teóricos (aquellos que designan entidades y procesos inobservables postulados por las teorías) y de los términos observacionales (que designan algo que es más o menos directamente observable). Esto es, el significado de cada término está determinado por el paradigma y el científico normal no puede sustraerse a ello.

Esta visión de Kuhn es complementada con una tesis constructivista de raigambre kantiana según la cual las categorías paradigmáticas son constitutivas -en un sentido que nunca precisó demasiado- de la realidad fenoménica científica, algo que Popper rechazaba como filósofo realista.

Sobre el "falsacionismo" de Popper y algunos errores comunes acerca del método de contrastar teorías

Intentaremos señalar sucintamente algunos errores comunes relativos a la filosofía de Popper, conocida popularmente como falsacionismo, tales como los que aparecen en Wikipedia en el artículo "falsacionismo", donde se señala por ejemplo que Popper admite la inducción, que posee un "método falsacionista" y que su criterio de demarcación es el falsacionismo, todo lo cual es muy equivocado.
Karl Popper se encargó de aclarar que nunca llamó a su método ni a su postura epistemológica "falsacionismo". Esta idea tiene en parte origen en la obra de Imre Lakatos, quien pretendió identificar diversos tipos de "falsacionismo" como una suerte de antecedentes de su propia posición a la que deniminó "falsacionismo sofisticado". Dentro de esa argumentación, Lakatos hizo mención, por ejemplo, de un "falsacionismo ingenuo" refiriéndose a las ideas de Popper. Es muy discutible la interpetación que Lakatos ofrece de Popper, ya que no es fiel a muchas de sus afirmaciones, como vimos en el caso de la
corroboración. Imre Lakatos fundamenta su interpretación acusando a Popper de ingenuo por sostener que ignoró que se puede eludir la refutación lógica por modus tollens realizando modificaciones en cualquier parte de una teoría (lo que se conoce como tesis Duhem-Quine), pero ello ya había sido advertido por Popper en 1934, en La Lógica de la Investigación Científica, donde recomendaba evitar las "estratagemas convencionalistas" tendientes a evitar considerar refutada una teoría.
En realidad, Popper llama a su postura filosófica de la ciencia RACIONALISMO CRITICO y a su método propuesto para las ciencias empíricas método crítico. El racionalismo crítico o método crítico tiene aspectos algo diferentes para las ciencias naturales de los correspondientes a las ciencias sociales. Pero para Popper lo importante es que una teoría incompatible con un enunciado ACEPTADO que describe un evento observable debe ser abandonada, pues se halla refutada en virtud del mencionado modus tollens de la lógica deductiva.

Para el caso de la ciencia natural, Karl Popper menciona su método a manera de propuesta metodológica.
Debemos aclarar respecto del método, que éste se refiere a cómo Popper entiende que deben actuar los científicos para favorecer el desarrollo del conocimiento. Y propone que las teorías deben ser contrastadas o sometidas a prueba (to test en inglés) intentando refutarlas. Pero como el resultado de tal intento puede ser favorable o contrario a la teoría (refutación o falsación) el método no es un método de falsación sino un método de testeo o de sometimiento a prueba como cualquier otro. Sirva ello para mostrar por qué no es adecuado, en el caso de la filosofía de la ciencia de Popper, hablar de método falsacionista o método de falsación, pues se confunde el procedimiento de testeo con uno de sus posibles resultados.

Sobre la noción de corroboración en la metodología de Lakatos y en la epistemología de Popper

En la filosofía de la ciencia de Imre Lakatos, la noción de corroboración es diferente de la formulada por la concepción epistemológica o filosófica de la ciencia de Karl Popper.
Como es sabido, al rechazar todo papel de la inducción en el desarrollo del conocimiento científico, Popper se niega a aceptar también la idea de confirmación de una hipótesis o teoría.
Carnap y los empiristas lógicos o positivistas lógicos del Círculo de Viena habían realizado grandes esfuerzos -principalmente Carnap, aunque también Hans Reichenbach, que no pertenecía al círculo pero era parte del programa empirista lógico- por desarrollar una lógica inductiva de carácter epistemológico, o sea, que pudiera dar cuenta del grado de apoyo que la evidencia empírica le otorgaba a una teoría, expresado en términos cuantitativos definidos.
Con el rechazo de la noción de inducción y del principio de inducción, Popper rechaza también la idea de confirmación proponiendo que ninguna teoría perteneciente a las ciencias fácticas debe someterse a prueba a partir de lo que se deduce de ella, de sus predicciones, de su contenido lógico, o sea a partir de lo que afirma, sino a partir de lo que prohibe, o sea a partir de lo que afirma que no puede ocurrir.
Popper entiende que el contenido empírico, el contenido descriptivo de aspectos del mundo, de una teoría no es su contenido lógico sino aquello que niega, el conjunto de sus falsadores potenciales.
La corroboración, en la epistemología de Popper, es el estado de una teoría luego de que se la ha sometido a prueba y no se ha logrado falsarla. Para él, un auténtico test o sometimiento a prueba de una hipótesis o de una teoría es aquel que consiste en un intento de refutación o falsación de la misma. O sea en un intento por establecer o aceptar alguno de sus falsadores potenciales.
En su libro La lógica de la investigación científica Popper admite que existen grados de corroboración de una hipótesis, pero sostiene con firmeza que ellos no expresan nada parecido a la probabilidad de una cierta hipótesis o teoría, sino que dependen de la rigurosidad de las contrastaciones a que fue sometida, del grado de precisión de los experimentos, etc.
Lakatos se proclama "falsacionista", una especie de heredero intelectual de Popper, de quien dice haber tomado muchas de las ideas que propone en su teoría epistemológica.

Adoptando como unidad de análisis diacrónica el Programa de Investigación Científica (PIC) en una determinada disciplina científica, sostiene que bajo ciertas circunstancias, que dependen de decisiones metodológicas orientadas por reglas, un programa de investigación queda refutado o falsado.
Sin embargo, cuando señala las condiciones bajo las cuales el cambio científico es progresivo, señala, entre otras cosas que para que ello ocurra la nueva teoría debe tener parte de su contenido predictivo novedoso (ausente en la anterior) corroborado.
Con esto, en nuestra opinión, Lakatos quiere decir contenido predictivo confirmado, pero se niega a usar esta palabra en virtud de su rechazo de la inducción, de inspiración popperiana. Nótese que para Popper el contenido empírico es diferente del lógico. El contenido lógico, de acuerdo con su metodología, no afirma nada, por lo que no existe la noción de contenido empírico predictivo dentro de su concepción filosófica de la ciencia, pues aún cuando ciertas predicciones de una teoría sean contenido empírico de otras, nunca en la filosofía de la ciencia natural de Popper el contenido empírico puede ser predictivo, o sea deducido de la teoría.

El criterio de demarcación de Popper: la falsabilidad de las teorías

El criterio de demarcación de Karl Popper, la falsabilidad de las teorías, debe diferenciarse claramente del criterio de demaración del empirismo lógico, también llamado positivismo lógico, que es el criterio verificacionista del significado.
Popper propone un criterio de demarcación que no es un criterio de significado, como sí lo era el de los empiristas, si bien se refiere también a las cualquier enunciado de la ciencia empírica (a los que Popper no duda en llamar "teorías"). Para él, cualquier enunciado científico es una teoría, es teórico en un sentido importante, pero la distinción vale pues su criterio busca delimitar el ámbito de las teorías de las ciencias empíricas de manera categórica, diferenciándolas de otro tipo de teorías.
Si bien el criterio de demarcación de Popper estaba motivado por su propósito de separar las teorías científicas de las que sólo eran pseudocientíficas, entre las que consideraba el psicoanálisis, la psicología del individuo de Adler y el marxismo vulgar o dogmático, lo que realmente demarca el criterio de falsabilidad de las teorías es el el ámbito de las teorías empíricas, podría decirse que separa entre ciencia empírica y lo que no lo es.
Pues Popper se niega a identificar, como sí lo hicieron los miembros del Círculo de Viena, enunciado científico con enunciado cognitivo, admitiendo la legitimidad del conocimiento filosófico. Más aún, Popper admite que las teorías metafísicas han sido y son muy importantes para la ciencia, en tanto han motivado problemas e investigaciones que han dado lugar a teorías científicas, o sea como parte de un programa de investigación que resulta en conocimiento científico. Naturalmente hay otro tipo de teorías científicas que quedan fuera de lo que delimita el criterio, como las teorías de las ciencias formales.
Popper identifica la falsabilidad o refutabilidad con la contrastabilidad de una teoría. Contrastable significa testeable, pasible de ser sometida a prueba. De modo no técnico, una teoría es falsable si está formulada de modo tal que pueda existir algún evento del mundo que, si tiene lugar, el enunciado que lo describe (enunciado básico) permitirá demostrar que la teoría es falsa.
Esto se contrapone, en su perspectiva, a lo que ocurre con las teorías pseudocientíficas que permiten explicar cualquier hecho dentro de su dominio de aplicación y, por tanto, no pueden ser refutadas jamás. Estrictamente hablando, lo que puede refutar la teoría no es el hecho sino el enunciado que la describe, por medio del modus tollens de la lógica deductiva. Popper define que una teoría es científica, o sea falsable si está en una relación lógica de incompatibilidad con al menos uno de los enunciados que describen eventos o hechos observables, a los que denomina enunciados básicos. Dicho de otra manera, si la clase de sus falsadores potenciales, que son aquellos enunciados básicos que están en la mencionada relación con ella, no es vacía.
La falsabilidad es un criterio epistemológico que se basa en una relación lógica, se refiere a que las teorías de las ciencias empíricas, según la propuesta del filósofo vienés, deben estar construidas satisfaciendo tal relación de incompatibilidad con al menos un falsador potencial.
Es importante para comprender la filosofía de la ciencia de Popper no confundir la falsabilidad con la falsación. La falsación es una situación de hecho, que tiene lugar cuando se ha aceptado un enunciado básico falsador de una teoría (incompatible con ella) y, por modus tollens, se ha demostrado que la teoría es falsa. En consecuencia, para Popper una teoría refutada y desechada unánimemente por la comunidad científica no por ello deja de ser científica.
En Realismo y el objetivo de la ciencia, el poscript a La lógica de la investigación científica, Popper señala que el problema de la falsabilidad como criterio de demarcación nada tiene que ver con la falsabilidad en el sentido de si es posible refutar de modo concluyente una teoría. La posibilidad de que, de hecho, una refutación pueda ser definitiva y concluyente, situación que Popper niega que pueda tener lugar, se refiere a una evaluación de los resultados de tests, pruebas y observaciones que puedan llevarse a cabo para contrastar las teorías, lo que es distinto de la falsabilidad como relación lógica.

El origen y el propósito del crtierio de demarcación de Popper: Einstein, Eddington y la pseudociencia

Albert Einstein y Arthur Eddington: el primero ideó una teoría cuyas predicciones fueron confirmadas por las investigaciones del segundo
Se conoce como criterio de demarcación a distintas versiones de propuestas realizadas desde la filosofía de la ciencia para distinguir el conocimiento científico de otro tipo de discursos
En ese sentido, el de demarcación puede ser bien entendido como un criterio de cientificidad.
El denominado "criterio de demarcación de Popper", la falsabilidad de las teorías, debe ser diferenciado del criterio de demarcación del empirismo lógico, entre otras cosas porque éste es un criterio de significado, y el propuesto por Popper no lo es. +
En las teorías de los miembros del Círculo de Viena el criterio identificaba los predicados "científico" y "con significado", lo que no ocurre en el enfoque de Popper.
No nos ocuparemos de la caracterización del criterio demarcatorio popperiano sino sólo de señalar algunas de las razones intelectuales que, según cuenta el propio Popper, en textos como Conjeturas y Refutaciones, lo llevaron a formularlo.
Cuenta que fue influido de manera muy notoria por el impacto que tuvo sobre toda la comunidad científica y filosófica el éxito de ciertas predicciones de la teoría de la relatividad
Lo interesante de ello, según se encarga de destacar el propio Popper, es que el mismo Alberte Einstein había afirmado, luego de formular la teoría de la relatividad general, que si alguna de sus predicciones fallaba, ello sería suficiente para demostrar que su teoría era falsa
Como es sabido, para testear algunas de las predicciones de la teoría de la relatividad, como la deflexión de los rayos de luz en cercanías del sol (producida por la cercanía de los mismos respecto un cuerpo de gran masa, en virtud de su fuerte campo gravitatorio que "produce" una curvatura del espaciotiemp), según la cual la luz proveniente de ciertas estrellas era desviada ligeramente en su trayectoria durante el día al pasar cerca del sol, lo que no ocurre en la noche.
Einstein tuvo que esperar algunos años, hasta que Arthur Stanley Eddington, en un episodio conocido como la "expedición de Eddington" pudo realizar el testeo pertinente de las predicciones mediante una serie de fotografías tomadas en Isla Príncipe, en la costa occidental de Africa durante el eclipse de sol de 1919, que fueron contrastadas con fotografías nocturnas que permitieron observar un desplazamiento en la posición aparente de las estrellas
Popper entiende este tipo de prueba como un experimento crucial (aunque puede discutirse que lo sea) en el cual si se cumplía la predicción de la teoría general de la relatividad ésta se corroboraba y se refutaba la física newtoniana, y si fallaba, la teoría de Einstein hubiese quedado refutada con esa sola prueba, quedando corroborada la teoría de Newton.
Pero por otra parte, ciertas experiencias juveniles de Popper, en las cuales había podido apreciar cómo el dogmatismo político e ideológico de ciertas doctrinas marxistas y socialistas había llevado a la muerte a algunos jóvenes cercanos a él, junto con su observación de que otras teorías de las llamadas ciencias sociales con cierto prestigio como el psicoanálisis de Freud o la psicología del individuo de Adler eran teorías que presentaban una curiosa particularidad. 

Estaban construidas de manera que cualquier hecho que ocurriese dentro de su ámbito de aplicación siempre sería favorable a la teoría, dicho de otra manera explicaban cualquier cosa que ocurriese, por lo que eran irrefutables
No podía pasar nada en el mundo que demostrase que la teoría estaba equivocada porque, en virtud de su oscura estructura de hipótesis y mecanismos explicativos, estas teorías siempre tenían bajo la manga una manera de explicar cualquier cosa que pasara en su dominio. 
(Otro de los filósofos de la ciencia que  considera el psicoanálisis como una pseudociencia es Mario Bunge, quien destaca que carece de hipótesis claras que den lugar a consecuencias observacionale o predicciones definidas que pudieran servir para someter a prueba la teoría.) 
Con estas dos influencias presentes, Popper buscó un criterio de demarcación que permitiese separar claramente las teorías que genuinamente constituyen conocimiento de las ciencias empíricas de las que no lo son, ya sea por constituir pseudociencia o por ser otro tipo de conocimiento (como el de las ciencias formales). 
Ese es, en rasgos generales, el origen o la motivación que lo llevaron al filósofo vienés a proponer un criterio de demarcación denominado falsabilidad de las teorías, según el cual para ser científica, una teoría tiene que estar construida de modo tal que exista al menos un enunciado incompatible con ella que describa un suceso, un hecho observable del mundo. 
De este modo, si se incluye dentro del conocimiento científico ese enunciado, se demostrará que la teoría es falsa. 
Popper mantendrá esta postura sobre qué consituye una teoría empírica y qué no durante toda su extensa vida intelectual.